Jueves, 12 de Enero de 2006.
La Copa ha sido un vendaval y además de abrir la herida de todos los años ha desnudado la fábrica de humo en la que se ha convertido el actual Sevilla. Tuvimos que escuchar a Del Nido en el pasado desayuno de trabajo con la prensa que sin las ventas de Baptista y Sergio Ramos hubiera sido imposible la llegada de Palop, Saviola o Kanouté. Como si el sevillismo se hubiera echado a la calle pidiendo el fichaje de estos tres futbolistas. Del Nido se ha cargado todo lo que funcionaba y la realidad es que los frutos de aquellas operaciones son un brasileño que se quiere marchar, un francés que va a su bola, un argentino lesionado o fuera de forma y un balcánico que no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Todo ello capitaneado por Juande Ramos, al que no se le conoce un discurso interesante y que ya se ha puesto la soga al cuello. Podría gastar un minuto de su tiempo en intentar sacarle partido a algunos de los futbolistas que tiene, si es que es posible. Pero que los sevillistas estén tranquilos, porque la fábrica de humo sigue funcionando y aunque la Copa ya es historia, por lo visto los terrenos de la ciudad deportiva están preparados para el helipuerto. Al parecer en el banco hay mucho dinero y la tienda de la calle Pajaritos va fenomenal. Cualquier cosa, menos traer a futbolistas de primera fila o retener a los que saben.
Miguel Ángel Chazarri